Querida venganza

Katniss Everdeen es una chica aplicada a sus estudios y nada llamativa para el genero masculino, pero ocurrirá algo que hará que cambie por completo para realizar una venganza. Deberá enamorar a Peeta Mellark, el capitán del equipo de football de su instituto ¿Podrá Katniss centrarse en su objetivo sin sucumbir a los encantos del chico?

jueves, 9 de agosto de 2012

Capítulo 5: Rabia, dolor, decepción

Hola de nuevo, la inspiración ha llegado y aqui llego con otro capítulo. Lo subo tan pronto porque no se si hasta el domingo podré subir algo, he quedado todos los días y dudo que pueda acceder a mi portatil. Si veis alguna falta o algún error no me juzgueis, lo he hecho un poco rapidito y no me ha dado tiempo de revisarlo a fondo. Cuando pueda editaré para corregirlos. Espero que os guste el capítulo nenas!



Peeta's POV.

El partido marcha muy bien, estamos ganando sobrados. Salimos de los vestuarios para comenzar la segunda parte. El entrenador ya me ha dicho que jugada debo cantar, será un pase largo para Finn. Canto la jugada y cuando tengo el balón en las manos busco a Finnick con la mirada. Está en la banda derecha corriendo, seguido por un defensa que busca la intercepción. Cuando me dispongo a lanzar noto como a mi lado se corta el aire y antes de que me de tiempo de lanzar para evitar el sack, ya me han placado. Siento como el aire se me escapa de los pulmones y como mi espalda se dobla en un arco casi imposible. Caigo al suelo con un sonoro golpe. Me pitan mucho los oídos y aunque intento poner atención a lo que dice el interlocutor para saber lo que ha pasado me es totalmente imposible. Cierro fuertemente los ojos para aplacar el dolor de cabeza que me está viniendo y sin darme cuenta pierdo el conocimiento. Cuando vuelvo a abrir los ojos sigo tirado en el campo, parece que estoy en un estado de seminconsciencia. Un medico me mira los ojos con una linterna y yo sigo la luz.

-¿Está despierto? - Ese es Marvel, parece preocupado. Maldito capullo si hubiera hecho su trabajo ahora no estaría así.
-Si lo está, vamos a llevarle a la enfermería para ver si tiene algún hueso roto o alguna contusión grave. Tranquilo chico se pondrá bien.
-Peeta, lo siento mucho tío. Ese se me ha escapado y... - Está realmente preocupado. Levanto el brazo para darle unas palmadas e indicarle que está bien, que no pasa nada. En realidad no es su culpa, estas cosas pasan. Solo espero no tener nada grave. - Glimmer está como loca ha intentado pasar al campo y todo. - Esa chica es una exagerada. Cuando mis compañeros me levantan para subirme a la camilla miro hacia la grada. Katniss está intentando tranquilizarla, incluso puede que esté llorando, no puedo estar seguro tengo la vista un poco borrosa. Cuando me llevan hacia los vestuarios dirijo otra breve mirada hacia ellas. Distingo como Kat me está mirando y para calmar los ánimos levanto la mano con el pulgar hacia arriba. Ella me ve y sonríe aliviada y le dirige unas palabras a mi novia. Ella se gira y mis sospechas se ven aclaradas, tiene los ojos llorosos pero cuando me ve imita el mismo gesto que Kat tenia hace unos momentos. Bajo la mano y dejo que me lleven donde me tengan que llevar mientras cierro los ojos de nuevo para sumirme en la inconsciencia.

Cuando me vuelvo a despertar ya me han quitado las protecciones y solo llevo las mallas. Una mujer de mediana edad me está palpando el costado. Tiene el ceño fruncido como si estuviera muy concentrada. Cuando se da cuenta de que estoy despierto me saluda.

-Buenos días bello durmiente, has estado inconsciente tres cuartos de hora. - ¿Tanto? El partido ya debe de haber terminado. La enfermera no ha parado de palparme el costado, hasta que da con un punto que hace que me encoja del dolor. - Bueno no creo que tengas ninguna costilla rota pero te va a salir un bonito cardenal aquí. - Señala el lugar donde me ha tocado segundos antes.
-¿Tengo que tomar algún tipo de precaución?
-Sería conveniente que no hicieras ningún esfuerzo físico en las próximas 2 semanas, por lo menos hasta que desaparezca el cardenal, te haré un parte para que no entrenes en ese periodo de tiempo. Tu entrenador te comunicará los planes que tenga para ti. Si te duele mucho tomate algún analgésico para el dolor. Ahora voy a tomarte la tensión.
-Vale. - en ese momento la puerta se abre y aparecen todos para ver como estoy. Glimmer esta muy nerviosa, se acerca a mi y la coloco en mi regazo para tranquilizarla. Ella se acomoda en el hueco de mi cuello. Noto en el pecho como las lágrimas de Glimmer van cayendo. Le acaricio el pelo y le susurro que estoy bien que no hay razón para asustarse. Cuando termino esta tarea y ella se relaja les pregunto a los chicos si hemos ganado, por suerte mi baja no ha significado la derrota. Voy a darle las gracias a las chicas por venir a verme cuando me fijo exclusivamente en Kat. En el campo no me he dado cuenta de ese detalle, pero ahora que estoy bien es imposible no fijarse. Lleva puestos unos pantalones vaqueros muy ajustados y una camiseta que se le pega en todo el torso dejando ver todas las curvas de las que se compone esa chica. Guau, está claro que tiene un muy buen cuerpo, lástima que esas gafas tapen la mitad de su cara que sigue siendo igual que siempre. Aprovecho este momento para quitarle tensión al momento y no abandonar costumbres.
-¡Ala! ¿Te has puesto así de guapa para verme? Aunque veo que no han podido hacer mucho con tus gafas de nerd.
-Si no estuvieras convaleciente te las ibas a ver conmigo señor Mellark. - Tiene una expresión a la defensiva, pero enseguida la suaviza y me sonríe de una forma muy dulce. Dios tiene una sonrisa preciosa. - Me alegro de que estés bien.
-Claro que estoy bien preciosa, hace falta más que un sack para acabar conmigo. - Bien acabo de llamarle preciosa y ni me he dado cuenta. Espero que no se lo tome de una mala forma, seguro que no está acostumbrada a que yo la llame así. Bueno ni yo ni nadie. Su cara es un reflejo de la confusión pero enseguida se convierte en una cara de poker. Ahora me acuerdo de la fiesta de esta noche, no me la quiero perder por nada en el mundo. Les pregunto cuando nos vamos a ir, pero ellos se niegan a dejarme ir. Me siento como un niño pequeño que le prohíben irse con sus amigos, además la enfermera respalda la posición de mis amigos cuando dice que tengo la tensión baja, genial ahora si que no me voy a ir a ningún lado.
Pero si ellos se van a la fiesta a mi no me queda nadie con quien volverme a casa. Esa era mi baza hasta que se me olvidaba que Katniss no iba a ir a la fiesta. Vale, decido resignarme a que esta noche me limitaré a ver películas en el sofá de mi casa mientras mis amigos beben cerveza en la piscina de Marvel y bailan hasta reventar. Me levanto de la cama, si se le puede llamar así, y se me resiente un poco el costado. Katniss se me queda mirando un momento y noto como se pone nerviosa. Estoy seguro de que nunca ha visto a un hombre sin camiseta. Me causa ternura verla así. Es tan inocente y pura...
Kat me esperará en el coche mientras yo me ducho aquí en la enfermería, parece que mientras estaba inconsciente han traído mi bolsa.
Los chicos me dejan solo y me recuesto un poco en la cama para recuperar el aliento, no quería que vieran que tienen razón y que no era conveniente que fuera a la fiesta. Me meto en el baño para refrescarme un poco la nuca y la cara. Me miro en el espejo y observo mi costillar derecho. Ya se está empezando a sombrear un poco y tiene pinta de que va a ocupar también gran parte del pecho. Si no hubiera llevado las protecciones lo mas probable es que ahora mismo estuviera en la camilla de un hospital con varias costillas rotas.
Salgo del baño para coger ropa para cambiarme cuando salga de la ducha y me doy un susto cuando me encuentro con Clove que está sentada en el catre. No esperaba ver a nadie. La ignoro y me dirijo a coger mi bolsa.

-¿No vas a saludarme? - Me dice Clove intentando ser coqueta. Ya no lleva el traje de animadora y lleva puesto un vestido corto que tapa lo esencialmente necesario y lleva una mascara puesta en la cara, porque esas millones de capas de maquillaje no pueden tener otro nombre.
-Hola ¿Que quieres? - Le digo cortante, quiero meterme ya la ducha y que el agua fría me entumezca los músculos para que no me duela tanto. Ella se baja de la camilla para acercarse poco a poco hacia mi.
-He venido para ver como estabas. No me iba a ir tranquila sin verte. - Parpadea para mostrar un poco de picardia. ¿Lleva pestañas postizas? Si, las lleva. De hecho una se está empezando a despegar. Parece Mister Potato con esas pintas.
-Bueno ya has visto que estoy vivo. Ahora me gustaría ducharme e irme a mi casa, estoy cansado. - Ella se sigue acercando y a mi ya no me queda mas espacio a mis espaldas para alejarme de ella. Mi espalda ya se ha estampado contra la pared. Una punzada de dolor se me hospeda en las costillas e intento disimular mi gesto de dolor.
-Mmm ¿Sabes que estás buenisimo? - ¿Que? ¿Es que esta mujer no escucha? Está ya tan cerca de mí que mi nariz se esta embotando de un olor muy dulzón y empalagoso. Debe de ser su perfume.
-Clove, por favor vete ya, me están esperando y no quiero tardar. - Su cara está en frente de la mía. Cuando veo las intenciones que tiene. Giro la cara e intento apartarla de mi empujándola por la cintura, pero me sorprendo a mi mismo cuando no puedo apartarla ni dos centímetros. No tengo fuerzas suficientes para alejarme y es entonces cuando estampa sus labios con los míos. Sus labios están muy pegajosos, que asco, me da la sensación que me voy a quedar pegado a ella para siempre. Mi primer impulso es girar la cara pero ella me agarra por las mejillas para que no pueda moverme. La puerta se abre y hago acopio de fuerzas para separarla de mi, la sorpresa afecta a Clove y se me hace mas fácil apartarla.

Me giro a la puerta para ver quien es mi salvador y veo que Katniss me está mirando con odio, furia, es una mezcla de sensaciones horribles. Esa dulzura que hace unos momentos había visto en su rostro se ha disipado por completo.

-Hola mojigata, ¿Eres tu la que estaba esperando a Peeta? - Katniss cambia la dirección de su mirada para ahora mirar a Clove, se que para ella no es santo de su devoción, se ha portado siempre muy mal con ella y ahora no creo que se quede muy callada. Se la ve enfadada
-Si, soy yo. Ahora vete. - Me está dando miedo, la cara de Kat está adornada por la rabia.
-Tú quien te crees que eres para mandarme a mí... - Empieza a replicar Clove. Yo todavía no he apartado la mirada de Katniss, estoy vigilando que no se lance contra Clove. Aunque teniendo en cuenta lo débil que estoy poco podría hacer.
-¡FUERA! - Clove se acerca hasta ella. Y se pone frente a su rostro, exactamente como estaba conmigo hace escasamente 30 segundos. La mira de arriba a abajo.
-Estupida, por mucho que te vistas como las personas normales nadie se va a fijar en ti NUNCA. -
-¿Has terminado? Ah por cierto, tu pestaña, se está cayendo. - Katniss se rie maliciosamente de ella. Hasta que vuelve a dirigirme otra mirada. No quiero que piense cosas que no son. Tengo que explicarle antes de que me juzgue como no debe.
-Adiós. - Clove sale por la puerta y nos deja a Kat y a mi solos. Se queda callada por lo que parecen horas. No dice nada en todo ese tiempo, el golpe está empezando a palpitar de nuevo pero no pienso moverme, no todavía.
-He venido a por la bolsa, te espero en el coche. - Se dirige al escritorio del cuarto para coger su bolso y antes de que se de la vuelta para irse me acerco a ella reprimiendo un gemido y la cojo de la muñeca. Ella me mira a los ojos, es una mirada acusadora y no la culpo.
-Espera Katniss, lo que has visto no es lo que tu te crees. - Empiezo a disculparme. Pero ella sigue con esa expresión, ese dolor en los ojos. No puedo soportar esa mirada y evito mirarla.
-A mí no me debes ninguna explicación Peeta. - Y con esto se suelta de mi agarre y sale por la puerta dando un portazo.

Me apoyo en la puerta y me deslizo hasta quedar sentado en el suelo. Me paso las manos por la cara por al frustración. No esperaba que este día terminara de esta manera. Me paso el dorso de la mano por los labios para limpiarme el brillo de labios.

Voy a ducharme de una vez, quiero llegar ya a mi casa y pasar ese mal rato que será estar en el coche con Katniss. El agua fría entumece mi cuerpo y reduce el dolor del golpe, no pensaba que fuera a doler tanto. Después de enjabonarme el cuerpo me permito el lujo de estar dos minutos bajo el chorro del agua. Tengo que contarle lo ocurrido a Glimmer, no quiero terminar mi relación con ella pero la conozco y en cuanto le cuente lo que ha pasado esta noche, me mandará a la mierda.

Me visto rápidamente y me paso un poco la toalla por el pelo para secármelo. Intento peinarlo un poco pero es imposible. Cojo la bolsa y me dirijo todo lo rápido que puedo al aparcamiento, necesito sentarme ya. Visualizo enseguida su coche. Es un monovolumen normal y corriente, supongo que en general no le gusta llamar la atención.
Abro la puerta y cuando entro un olor a fresas me inunda, es un olor muy agradable, nada comparado con ese horrible perfume de Clove.
Katniss arranca el coche sin dirigirme una palabra, ni siquiera una mirada. Miro por la ventanilla para distraerme de esta situación tan incomoda. Me extraña que Katniss sepa donde vivo, ella nunca ha estado en mi casa y efectivamente no lo sabe. Cuando paramos en un semáforo ella suspira y me pregunta con voz neutra.
-¿En que calle vives?. - Kat sigue sin mirarme.
-En Heaton Avenue. El número 37.
-Vale. - Pasan los minutos y el coche sigue en un silencio perturbador. - Peeta, se que te he dicho que no me debes ninguna explicación. - ¿Por qué quiere hablar ahora del tema? Yo estoy dispuesto a explicarle pero ella no quiere. - Pero espero que seas consecuente con tus actos y se lo cuentes a Glimmer, si no lo haces pronto yo misma se lo diré, espero que comprendas que me siento en la obligación de hacerlo. Ella es mi amiga y no quiero que esté con alguien que la engaña. - Se que es normal que tenga esa visión de mi, pero me duele que piense así. La miro y ella me devuelve la mirada. Ya no tiene una expresión de odio. Ahora deja paso al dolor y ¿Decepción? Definitivamente no puedo dejar que ella piense esas cosas. No debería de preocuparme tanto, si me paro a pensar casi no conozco a esta chica. Lo que si que tengo claro es que me importa lo que piense de mi.
-Katniss si me dejas que te explique lo que ha pasado... - Comienzo pero paro cuando me doy cuenta de que ya estamos en mi casa, se me ha pasado el tiempo volando.
-Ya estamos. Además ya te dije que yo no quiero ninguna explicación, con lo que vi es suficiente.
-Vale, mañana mismo le contaré a Glimmer lo ocurrido. No quiero chafarle esta noche. Adiós Kat. - Salgo del coche sin mirarla, pero cuando me levanto lo hago con demasiada brusquedad y las costillas emiten unas pulsaciones que hacen que me doble y me apoye en el coche. Se me había olvidado ya por completo, cuando estaba sentado no me dolía nada. No he podido evitar gemir de dolor. Por lo que parece Katniss se ha percatado y ya está fuera del coche.

-¿Estás bien? - Me mira preocupada. Sus ojos pasan de mi costado a mis ojos. Intento actuar un poco para que no siga preocupada.
-Si, tranquila. Es que se me olvidaba que tengo que tener mas cuidado. - Intento mostrarle una sonrisa pero creo que lo que sale es una mueca. Me falta la respiración, y mi frente está perlada de sudor. Intento erguirme pero otro pinchazo hace que me doble sobre mi mismo y mi brazo va hacia mi contusión.
-No estás bien. Vamos, me ocupare de que llegues sano y salvo aunque sea a tu sofá. - Me coge la bolsa de deporte, forcejeo un poco con ella pero termina ganando. Me apoyo un poco sobre su hombro para caminar mejor. - ¿Y tu te querías ir de fiesta esta noche? - Ese comentario hace que me ria y ella también lo hace, pero parece que se acuerda de que lo que ha visto antes no es para reírse y para en el momento. Saco las llaves del bolsillo del pantalón y abro la puerta. La familiaridad de mi hogar hace que me relaje un poco. Enciendo la luz del salón y Katniss me ayuda a acercarme al sofá y me siento. El dolor casi desaparece cuando lo hago. Me da miedo acostarme por si es peor. La presencia de Katniss me reconforta un poco, ahora no quiero que se vaya.

Katniss's POV

Mis ojos todavía no dan crédito a lo que han visto hace unos minutos. ¿Peeta y Clove? No puede ser.
Nunca me imaginé que Peeta pudiera ser de esa clase de personas. Cuando los he visto una oleada de rabia se había apoderado de mi. Gracias a Dios he mantenido la compostura y no me he lanzado para arrancarle los pelos a esa asquerosa. Además yo no tengo por qué reaccionar de esa manera.
Siento odio hacia Peeta por lo que le está haciendo a mi amiga. Pasa un cuarto de hora hasta que Peeta aparece en el aparcamiento con la bolsa colgada a un hombro. Parece que le cuesta andar un poco, posiblemente le duelan las costillas.

Cuando se mete en el coche arranco sin dirigirle una simple mirada, ninguna palabra. Cuando me paro en un semáforo me doy cuenta de que se me escapa un detalle. No se donde vive, por mi haría todo el camino en silencio pero tengo que preguntarle. Suspiro y le pregunto.

-En Heaton Avenue. El número 37. - eso no está muy lejos de aquí, por suerte se donde es y no tiene que estar dándome indicaciones todo el camino.

Me atrevo a mirarlo un momento, se le ve pensativo. ¿Se lo contará a Glimmer? Tiene que hacerlo, ella no puede vivir una mentira. Es mi mejor amiga y no dejaré que Peeta la engañe.

-Peeta, se que te he dicho que no me debes ninguna explicación. Pero espero que seas consecuente con tus actos y se lo cuentes a Glimmer, si no lo haces pronto yo misma se lo diré, espero que comprendas que me siento en la obligación de hacerlo. Ella es mi amiga y no quiero que esté con alguien que la engaña.
-Katniss si me dejas que te explique lo que ha pasado...- Se para al darse cuenta de que ya estamos en su casa. Yo no le permito que me de una explicación. Mis ojos lo han visto todo, no hay nada que explicar todo es muy evidente.

Ahora entiendo lo que me pasa, no estoy enfadada, ni mucho menos, estoy decepcionada. Tenía otra visión de este chico, creía que era bueno para Glimmer, que era una buena persona. Esta noche se me han abierto los ojos.

Peeta sale del coche muy bruscamente. En ese momento se dobla y escucho un gemido de dolor, él ahora está apoyado en el coche. Me quito el cinturón, salgo del coche y le pregunto si está bien. No puedo evitar estar preocupada.
Lo primero que el hace es intentar relajarme, pero una mueca que intenta ser sonrisa me indica que no esta del todo bien. Y cuando se intenta erguir y vuelve a quejarse estoy totalmente segura de que no está bien. Ahora no puedo irme y dejarlo a su suerte. Le cojo la bolsa y él se apoya en mi. No puedo creer que quisiera irse a una fiesta en estas condiciones. Se lo digo y el se ríe y yo le sigo pero me doy cuenta de que no es momento para risitas.

Cuando entramos en la casa le ayudo a sentarse en su sofá y se le ve aliviado, parece ser que sentado no le duele tanto.

-¿Necesitas algo? - Seguramente tenga antinflamatorios, pero no creo que ahora me diga que necesita ayuda.
-No gracias, estoy bien. - Es entonces cuando escucho que su estomago ruge. Tiene hambre.
-Peeta ¿Tienes hambre? Puedo prepararte algo si quieres.
-No es necesario de verdad, puedo apañarmelas solo. - miente
-No es ninguna molestia, puedo prepararte algo e irme. Ademas hace unos momentos no parecía que fueras muy independiente. Peeta se rinde y accede a que le cocine algo. Entro en su cocina, es enorme. Miro en la nevera y encuentro panceta y una caja de huevos. Tampoco me voy a complicar mucho la vida. Me lleva quince minutos prepararlo todo, pero antes de llevarle la cena busco por los cajones y armarios para ver si guardan por aquí los medicamentos. Bingo, aquí están.
Cojo una capsula de Nolotil y un vaso de agua y me lo llevo todo al salón. Peeta está con los ojos cerrados en la misma posición en la que lo dejé.
-Peeta. - Susurro, si está durmiendo no quiero despertarlo.
-¿Mmm? -
-Te he traído la cena y un analgésico para el dolor.
-Muchas gracias. - Peeta abre los ojos, los tiene rojos. Parece que está muy cansado. Se incorpora un poco, no sin antes poner una mueca. - ¿Me ayudas a quitarme la camiseta? Estoy un poco incomodo, ademas no quiero mancharla. - Em, mi primer pensamiento es, no, pero antes le he ofrecido mi ayuda y ahora no puedo negarsela. Le agarro los bordes de la camiseta blanca que lleva puesta y la voy deslizando delicadamente hacia arriba. Cuando he terminado y dejo la camiseta a un lado me fijo en su torso. Pero esta vez no es como en la enfermería, donde lo primero que vi fueron sus abdominales. Ahora mi atención se centra en el cardenal que se está empezando a formar en el costillar y en gran parte del pecho derecho. Paso mis dedos, acariciando el moratón. Miro a Peeta y tiene los ojos cerrados, parece en paz.
-Parece que duele mucho. - Le digo volviendo al mundo real y separándome un poco. Peeta abre los ojos.
-No te creas, es mas lo que parece que lo que es.
-Ya...Bueno, yo me voy a ir a mi casa que estoy cansada, dejo que cenes tranquilo.
-Vale...Muchas gracias por todo Kat. - No se determinar muy bien que veo en sus ojos. Pero no me quedo para averiguarlo.

Salgo por la puerta principal y me dirijo al coche. Mientras voy de camino a casa no paro de pensar en que lo que ha pasado esta noche ha sido muy irreal. Parece un mal sueño y que cuando me despierte todo volverá a ser normal. No quiero que llegue el día de mañana. Si Peeta cumple lo que ha dicho mañana le contará a Glimmer y se quedará destrozada.
Cuando llego a mi casa me dirijo directamente a mi habitación, no ceno, no me ducho. Solo quiero dormir, y... mañana será otro día.





13 comentarios:

  1. sigue escribiendooooo!!!! pfffffff genial!!!!!

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  2. Yo me imagino que Katniss haria exactamente lo que hizo en las circunstancias que tenia! Pero lo de Clove es increible, es la tipica chica bruja de instituto!

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    1. Es que cuando la vi en la pelicula con ese aire de suficiencia y aggg xD

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  3. Me ha encantado! Bueno, el momento Clove... jajaja Aish! Katniss cuidando de Peeta *-* jaja estoy deseando el próximo! Besitos! ^^

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  4. Es geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal! Ya veo atisbos de nuestro Peeta ;) ains que cuqui pero dejalo que se explique el pobre vale? jajaja :)
    un besito preciosa!

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    1. AJAJAJAJAJAJAJ. Me imagino al Peeta del libro en esa situación y sale corriendo.
      NO! no se puede explicar porque lo que ha hecho es imperdonable y ... y hasta aqui puedo leer xd

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  5. Puff me encanta! :D
    Nunca se me habría ocurrido escribir algo parecido! Es realmente bueno ^^
    Espero el siguiente ehh! :)

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