Helouuuu. Buenas tardes a everybody, a continuación un capítulo mega largo que me encanta de verdad *-* y está mal que lo diga porque lo he escrito yo pero estoy satisfecha con el trabajo y además presiento que a vosotras también os va a gustar e.e. Os pongo una canción para ambientar el capítulo. En el momento justo de este veréis porque la pongo. Disfrutar!
Enchanted de Taylor Swift.
CAPITULO
12: NUESTRA PRIMERA CITA
-Mira
puedes ponerte esto, y esto. Mira este es precioso – Dice Ann de
cara al armario. Cuando les dije a todas que me había pedido que
fuera a cenar con él se pusieron como locas y nada más salir de
clase todas vinieron a mi casa para ayudarme con mi ropa, peinado,
maquillaje, etc. Quieren que esté perfecta. En teoría esto no
debería ser así. Cuando un chico te pide una cita y aceptas es
porque te gusta, pero yo no lo hago por eso. Te ilusionas y te pones
nerviosa, de echo estoy nerviosa pero no por lo que debe ser. Me
siento como la peor persona del planeta.
Estoy
en bata en mi cuarto con todas observándome mientras tengo que
decidir cual de los vestidos que se extienden delante de mi voy a
ponerme para esta noche. Me llama la atención un vestido no tan
llamativo a los demás dentro del armario. Tengo que reconocer que
cuando estábamos comprando no prestaba atención a lo que
comprábamos. Es azul marino, con escote en 'v' un poco pronunciado
agarrado al cuello y la espalda baja.. Parece que se ajusta a la
cintura con una cinta dorada y el resto es suelto hasta un poco más
arriba de la rodilla. Me gusta porque no parece que se me vaya a
pegar demasiado al cuerpo.
-¿Por
qué no me pongo este? - Les digo sacando el vestido del armario y
poniéndolo delante de mi para ver un poco por encima como me veo. -
Me gusta.
-Es un
poco simple ¿No? - Reprocha Ann.
-A mi
también me gusta – Me dice Prim detrás de mi mientras me miro en
el espejo. - Seguro que te queda de muerte. -
-Gracias.
- Me miro más detenidamente. - Si, creo que me pondré este.
-Pero...
Estos vestidos son más bonitos... - Dice Annie con cara triste.
-Ann
dejala, es ella la que va a llevar la ropa, no tú. - intenta
convencerla Glim. - Además, cuando lleve los tacones y la peinemos
se verá diferente.
-Espera,
espera. ¿Tacones? -
-Si,
estilizan las piernas. Y dan un poco de elegancia, tienes que
destacar un poco mas que el resto de los días. - Mira dentro del
armario, buscando entre las cajas de los muchos zapatos que tengo
ahora. - A ver... Si, estos te irán bien. ¿Alguna vez te has puesto
tacones?
-¿Me
ves con cara de haber llevado alguna vez? -
-Vale
eso es un no. - abre la caja delante de mi y mis ojos se abren cuando
veo la longitud del tacón – Póntelos. Así vas acostumbrándote y
no te irás cayendo cada dos por tres por la calle.
-Glimmer,
me voy a caer de ahí, ademas seguro que se me rompe algún ligamento
o algo.
-No
exageres, llevan plataforma. No es tanto como parece. - Suspiro y me
los pongo, me siento muy muy alta. Menos mal que Peeta también lo
es, sino le sacaría alguna cabeza. Son unas sandalias doradas, como
la cinta del vestido. La verdad es que no pensaba que estos zapatos
fueran a ser cómodos, empiezo a andar y dado que el tacón es fino
pierdo alguna vez el equilibrio, pero no es muy difícil. Cuando ya
llevo andando por el cuarto como una subnormal un buen rato me he
acostumbrado y ya no me caigo.
-¿Ves?
Las mujeres estamos hechas para esto. Y cuando se te desarrolle este
musculo – Dice señalándose un lugar especifico del gemelo –
será como andar descalza.
-Llegó
la hora del maquillaje y del peinado. Casi es la hora. - En realidad
son las 6 y media aún pero por lo que parece va a llevar un rato
todo lo que tienen planeado. Todas han elegido una tarea. Rue me va a
maquillar. Prim me pinta las uñas de los dedos y los pies mientras
Glimmer y Annie me rizan el pelo con unas tenacillas. Nunca he
llevado el pelo rizado, a lo mejor no me queda bien. Me siento como
en un salón de belleza y yo me relajo cerrando los ojos mientras
escucho la música que hay puesta en el reproductor. Me quedo
adormilada mientras me peinan, me mata que me toquen el pelo, me
desestreso al momento.
-¿Que
hacemos? ¿Suelto o recogido? - Escucho decir a alguna.
-¿Cara
o cruz Kat? -
-Cruz
– Respondo aún con los ojos cerrados.
-Suelto.
Pues entonces levanta y te pones el vestido, queda media hora para
que sean las 8 y este chico es puntual. - Dice Glimmer, abro los ojos
de golpe ¿Ya ha pasado una hora? Y de pronto me siento más nerviosa
incluso que antes. Me levanto para mirarme al espejo y ver como he
quedado.
-NO.
No te mires aún, espera a estar terminada. Ya verás. - Dice Ann.
-Vale,
pásame el vestido. - Le digo mientras me quito la bata y antes de
que me ponga el vestido Glimmer me para.
-Espera,
ese vestido es de espalda baja. Cambiate el sujetador por estos de
silicona. - Dice mientras busca en mis cajones una caja y me la da.
Miro dentro y veo dos círculos de silicona color carne.
-¿Pero
esto me las va a sujetar? ¿Y si se cae? - Seria una vergüenza
tremenda que en mitad de la cena se me despegara del cuerpo.
-No
se va a caer, yo los he llevado y tengo el pecho más grade que tú.
El pegamento es fuerte. - La miro con desconfianza. Pero me dirijo al
baño a ponérmelos. Uy, es cierto me siento sujeta, y lo noto
seguro. Me esperaba que era otra cosa.
-¿Bien?
- Me preguntan, yo solo asiento. Ahora si que me dan el vestido y me
lo pongo con ayuda de las chicas para pasar la cabeza y no
despeinarme. Me hacen el nudo del cuello y en teoría ya debería de
estar lista. Cuando se alejan de mi para verme mejor, todas tienen
una sonrisa boba.
-¿Que
pasa? ¿Estoy tan ridícula? - Todas niegan y Prim me indica con el
dedo que me gire y pueda verme en el espejo.
Me
llevo una sorpresa con lo que veo delante de mi. Hay una chica
hermosa, muy muy guapa. Pero no es una chica cualquiera, soy yo. Me
quedo pasmada con el reflejo. Llevo el pelo totalmente rizado y por
lo tanto más corto y suelto que cae por mis hombros. El maquillaje
de mi cara no es excesivo, mis ojos (Ahora sin gafas porque llevo
puestas las lentillas) están pintados totalmente de negro,
resaltando el color de mis ojos. Y mis labios tienen un color rosa
brillante haciendo que mis labios parezcan mas carnosos de lo que en
realidad son, que ya lo son bastante. Y un leve rubor en mis
mejillas.
-¿Esta
soy yo? - Pregunto señalando al espejo.
-¡Estás
guapísima! Hemos hecho una obra maestra. - Dice Annie emocionada –
El vestido es perfecto, tenías razón. -
-Vale
nos quedan diez minutos antes de que llegue. Dependiendo de lo
ansioso que esté. Tenemos que explicarte una cosa. - Dice Glimmer
con prisa. Yo la miro extrañada.
-¿Qué
cosa?
-Verás,
muy posiblemente se muestre encantador esta noche - ¿Más? - Te eche
muchos piropos y te diga lo guapa que estás. Pero estate atenta, en
el restaurante no hará nada. Pero a la vuelta lo más seguro es que
trate de besarte. - Se me abren los ojos automáticamente. - Tienes
que dejar que lo haga y corresponderle. Hacerle creer que te gusta.
-P..Pe..Pero
yo nunca he besado a nadie. - Les digo asustada. - ¿Y si lo hago
mal? - Me miran raro y después a Prim que se ha puesto roja.
-Tu
hermana nos dijo que te besaste con tu amigo Gale. ¿Cual de las dos
miente? - Dice Rue. ¿Cómo se atreve? ¡Si se lo conté fue para que
no abriera la boca! La miro queriendo matarla pero ella intenta
disculparse.
-¡Lo
siento! Pero hasta yo llego a ceder ante la coacción. - ¿Coacción?
¿Han amenazado a mi hermana?
-Contarle
algún secretillo a tu novio no es coacción Prim – Dice Glimmer
rodando los ojos.
-Aquello
no se pudo llamar beso. Fue un simple roce, algo muy raro la verdad.
No duró más de tres segundos. No se ni porque lo hice, fue cuando
me despedí de él para venir aquí.
-¿Entonces
no profundizasteis? - Pregunta Annie. De repente me pongo colorada
imaginando la situación con Gale.
-¡NO!
Por Dios...
-Bueno
no es difícil, la cosa sale sola. Si es un beso simple no pasa nada
pero si quiere profundizar solo juega con la lengua, lame sus labios
o muerdelos suave. - Cada vez me pongo mas nerviosa.
En
ese momento suena la puerta y mi corazón late erráticamente. No me
extrañaría que en este instante entrara en paro cardíaco. Todas me
miran esperando que no caiga desmayada. Y cuando vuelve a llamar al
timbre y sigo sin reaccionar, alguien me pellizca el brazo.
-¡AH!
-
-Abre
la puñetera puerta de una vez o se irá. - Me empujan por la puerta
de mi cuarto y bajan conmigo las escaleras
-¿Vais
a abrir la puerta conmigo? -
-No,
nos quedaremos aquí. Para mirar, ni se dará cuenta. - Dice Rue.
Seguramente si no fuera yo la que está metida en esta mierda y lo
viera desde otro punto de vista me estaría riendo al igual que
ellas. Pero no me hace ni puñetera gracia. Y por fin abro la puerta.
Delante
de mi se encuentra el chico más guapo que probablemente conozca en
toda mi vida. Lleva unos pantalones vaqueros oscuros ajustados, con
una camiseta básica lisa con escote en 'V' del mismo tono que los
pantalones y una americana abierta gris oscura. Su pelo como a mi me
gusta, medio despeinado. Arreglado pero informal. Cuando le miro noto
que yo también estoy sufriendo la misma inspección que he hecho yo
con él.
-¿He
pasado la inspección señor? - El me mira sorprendido y avergonzado
por haberle pillado. Pero le sonrío dándole a entender que no me
importa.
-Perdón,
es que guau. Estás muy guapa. Además pensaba que te habías
arrepentido de cenar conmigo. Has tardado en abrir y me he
sorprendido.
-Tú
también estás muy guapo. - Le digo sin poder quitarme la sonrisa
boba de la cara.
-¿Nos
vamos? - Pregunta.
-Si,
espera un segundo. Tengo que coger el bolso. - Cojo la cartera de
mano de encima de la mesa y dirijo mi mirada a las escaleras. Están
haciendo el tonto imitando como dos personas se están besando e
intentando aguantarse las ganas de partirse de la risa. Les saco el
dedo corazón con todo el disimulo posible y me doy la vuelta para
salir de casa. Cuando he cerrado la puerta llego a oír como ya no
pueden aguantar más y llenan la casa de carcajadas. No podrían
haberse esperado un poco más...
-¿Qué
es ese ruido? - Me pregunta mirando hacia atrás.
-Nada,
Prim ha quedado con unas amigas. Son un poco escandalosas. - En ese
momento me doy cuenta de que no está la moto (Menos mal) – ¿Como
has venido? -
-En
coche – Le da al botón de su mando y veo como los faros de un
Aston Martin de color negro se encienden.
-¿Ese
es tu coche? - Le pregunto señalando.
-Si,
bueno en teoría es de mi padre. Pero se lo he pedido prestado, así
que hay que tratarlo bien. Me dice cogiéndome de la mano y haciendo
que una corriente se expanda por todo mi brazo desde donde su piel
toca con la mía. Cuando llegamos abre mi puerta y se coloca a un
lado. - Señorita...- Me río ante su acción
-Gracias
caballero. - Le respondo del mismo tono.
A
diferencia de con la moto es muy cuidadoso conduciendo y me fijo que
cada vez que va a adelantar o tiene un ceda el paso se muerde el
labio inferior como cuando se concentra. Y que siempre tiene una mano
en el volante y la otra en la palanca de cambios. Ahora me acuerdo de
que no se a donde me va a llevar.
-¿A
donde vamos? - Le pregunto con curiosidad. Él sonríe sin dejar de
mirar a la carretera.
-Es
una sorpresa. -
Al
poco rato ya ha aparcado y vamos cogidos de la mano al restaurante. Y
veo el nombre: Magic Lyrics. Lo miro con el ceño fruncido y él solo
se limita a sonreír.
-Teníamos
mesa reservada para las ocho y media a nombre de Peeta Mellark. - Le
dice al hombre que está en la puerta y mira en su libro de reservas.
-Claro
Sr. Mellark. Por aquí. - Peeta me sigue cogiendo de la mano mientras
yo miro a mi alrededor. El restaurante es precioso. La luz del
establecimiento es tenue y dos velas acompañan las mesas para
completar la luz que falta. El lugar es rústico, casi todo de madera
y las paredes están pintadas de blanco y rojo. Realmente el sitio es
muy acogedor. Pero lo que llama mi atención es que al frente de todo
hay un escenario, ahora vacío. Pero tiene instrumentos. Una batería,
una guitarra acústica y otra eléctrica, un bajo, un saxo y un
violín. Al centro hay un micrófono. Cuando llegamos a la mesa, el
hombre nos tiende dos cartas y nos desea una buena velada.
-¿Te
gusta el sitio? - Me pregunta dejando a un lado la carta.
-Es
muy bonito, pero me llama la atención el escenario. No lo había
visto nunca en un restaurante.
-Es
que este es un restaurante especial. Cuando el turno de las cenas ha
terminado todo aquel que quiera puede subir al escenario a cantar. Es
como una especie de karaoke, pero toda la música es en directo. -
-Es
una idea original, además atrae a mucha gente. El lugar ya está
lleno siendo tan temprano, me extraña incluso que hayas conseguido
mesa.
-Tengo
mis contactos – Dice y me guiña un ojo. Cuando voy a preguntarle
llega el camarero para tomarnos nota.
-¿Tienen
claro lo que van a cenar? -
-Si.
Para mi el solomillo de ternera con parrillada de verduras y para la
señorita... - Dice sonriéndome dejándome atontada.
-Eh,
si. La ensalada mediterránea.
-¿Qué
desean para beber? - Peeta me mira para que yo elija pero le señalo
con la cabeza para que elija él.
-Un
Lambrusco. -
-Buena
elección señor. - se despide y le entregamos las cartas.
-Con
que una ensalada. ¿Eres una chica sana? -
-Lo
soy. Lo que pasa que en el instituto nos dan comida basura y no puedo
disfrutar de una ensalada decente.
-Touché.
- Nos quedamos un rato en un silencio cómodo en lo que traen la
cena. La cual está realmente deliciosa.
Charlamos
de cosas triviales, como se ha hecho costumbre. Cuando nos hemos
terminado el postre son las diez de la noche y la mayoría de las
mesas ya han terminado de cenar al igual que nosotros. Un hombre con
traje sube al escenario y se encienden las luces iluminándolo.
-Les
recuerdo a los señores clientes que en media hora el escenario
recibirá a todo aquel que desee cantar o tocar alguno de los
instrumentos que se encuentran aquí o los que ustedes mismos
traigan. Que disfruten de la cena.
-Tengo
ganas de que empiece, tengo mucha curiosidad.
-Si,
yo también tengo ganas. - Dice con aires misteriosos.
-Oye
¿Y que clase de contactos tiene un chico de casi 18 años para
conseguir mesa en un sitio como este? - El me mira confuso por el
cambio de tema – Es que me he quedado con las ganas de
preguntártelo y el camarero nos ha interrumpido.
-Digamos
que mi padre tiene distribuidos unos cuantos restaurantes con su
nombre en varios estados y eso puede llevar a tener facilidades. Como
poder tener mesa cuando yo quiera en la mayoría de los restaurantes
que te encuentres. - No tenia ni idea de eso. Me quedo un poco
pasmada asimilando la información.
-¿Pero
tu padre pone el dinero? -
-No,
que va. Él empezó con un pequeño restaurante que montó con los
ahorros de toda su vida. Es un gran cheff y su reputación se fue
haciendo más grande. Cada vez tenía más ingresos así que decidió
aumentar el negocio abriendo otro restaurante. Y así hasta que se
metió en los negocios fuertes y al final ha terminando con 25
restaurantes en todo Estados Unidos. Hay pendientes dos de
inaugurarse. Uno aquí en la ciudad y otro en Munich.
-Vaya...
Eso si que se llama escalar en la vida. ¿Y tu madre? - Nunca
habíamos hablado de su familia y me extraña y ahora me sentía la
mar de curiosa. Ahora su cara se ha vuelto seria.
-Mi
madre ayudaba a mi padre en la cocina.
-¿Ayudaba?
-Ella
murió hace tres años. Un accidente de coche... - Ahora no me mira,
está fijamente observando la vela que está delante de él. Me
siento fatal por sacar el tema.
-Peeta,
lo siento mucho. No tenia ni idea... - Cojo su mano que está apoyada
en la mesa y acaricio su dorso con mi pulgar. Él niega con la cabeza
-No
pasa nada. No lo sabías. - Intenta sonreír, pero esa sonrisa no le
llega a los ojos. Estábamos pasándolo bien y yo que no soy capaz de
mantener la boca cerrada voy y la cago. - Ahora mi padre tiene una
novia, tenía miedo de que no superara lo de mi madre. Pero ahora se
le ve feliz.
-¿Y
tú eres feliz? - Y en ese instante quiero que me trague la tierra.
Sigues siendo una bocazas. Hola, ¿Qué tal cerebro? ¿Qué tal si
conectamos el filtro?
-Soy
feliz, tengo a un padre que está conmigo, tengo a unos amigos
estupendos, voy a graduarme... Y has aceptado cenar conmigo hoy. La
verdad es que si que se podría decir que soy feliz – No puedo
evitar ponerme roja como un tomate por lo que ha dicho. - No nos
hemos dado cuenta de que ya ha empezado a subir gente. Mira. -
Y
es cierto, escucho la melodía de un violín que es preciosa. La
chica que toca tiene los ojos cerrados concentrada en lo que toca. Yo
me quedo embobada escuchando mientras las manos de Peeta acarician
las mías. Me giro un momento para mirarle y veo que me está
observando muy fijamente como queriendo preguntar algo.
-¿Qué?
- Le digo riéndome, pero es una risita nerviosa.
-¿Me
harías un favor? - Creo que si me lo pide con esa voz no podría
negarle nada. Yo asiento con la cabeza - Canta – Salvo eso.
-No,
Peeta – Le suelto las manos. -
-¿Por
qué? Me gustaría escucharte en condiciones... La otra noche n... -
No quiero que siga.
-No.
Peeta no puedo cantar... -
-¿Te
da vergüenza? - La verdad es que el miedo escénico es una parte,
pero podría lidiar con eso.
-No,
no es eso.
-¿Entonces?
- No entiende nada y no me extraña.
-Pues...
verás yo antes cantaba. En la academia de piano hacia recitales...
pero cuando les dije a mis padres lo que deseaba dedicarme a eso, me
sacaron de allí. Desde entonces yo solo cantaba para mi abuela, la
madre de mi padre, ya te dije que era la única que me apoyaba. -
asiente levemente con la cabeza – Bien, pues cuando murió una
parte de mi también lo hizo, era de las pocas personas que me
apoyaba. Entonces me prometí a mi misma no volver a cantar nunca.
-Pero
no puedes hacer eso. No tiene sentido, deberías hacer lo contrario,
para recordarla. Y si es algo que te gusta no deberías de dejar las
cosas que amas. -
-Pero
duele... -
-Escucha,
no cantes si no quieres. Pero no puedes vivir toda la vida en ese
plan, esconderte de lo que duele. Debes enfrentarte a ello - Esta vez
se acerca para acariciarme la cara y yo pongo una mano sobre la suya
para apoyarme en ella. Cierro los ojos y automáticamente su calor me
reconforta y se que tiene razón.
-Cantaré.
- Abro los ojos y me encuentro con la maravillosa sonrisa de Peeta. -
-Gracias.
- Me levanto de mi sitio y le comunico al que está en la cola que
quiero cantar. El me enseña un listado de canciones, cuando la veo
se que tiene que ser esa.
-¿Va
a tocar algún instrumento mientras canta? - Se que no hay piano y
para esta canción no hace falta. También se tocar la guitarra pero
no es que me llamara la atención. Pero por costumbre de tener los
dedos ocupados le digo que tocaré la guitarra acústica.
Mientras
estoy esperando para que la gente que hay delante de mi termine tengo
unas ganas terribles de echarme a correr pero se que no debería
hacerlo. Así que opto por morderme las uñas estropeando el
fantástico trabajo que había hecho mi hermana. Más rápido de lo
que me gustaría termina el chico que había delante de mí y es mi
turno. Siento que mis piernas son flanes y ahora si que hace acto de
presencia el miedo escénico.
Cuando
estoy arriba en el escenario miro al chico rubio que me ha traído
hasta aquí y lo veo sonriente y aplaudiendo como el resto de
personas. Esa sonrisa, como antes, me tranquiliza al instante. Se me
olvidaba que tengo que presentarme.
-Soy
Katniss Everdeen, y voy a cantar una canción para aquel monstruito
rubio que está sentado ahí. - Todos los presentes se giran
automáticamente hacia donde estoy señalando y sus mejillas se
colorean. Bien, por lo menos lo avergüenzo después de lo que me
está haciendo pasar. - Espero que te guste. - Cojo la guitarra, me
siento en el taburete alto que hay detrás de mi y cuando empiezo a
tocar automáticamente los músicos me siguen con los instrumentos
que requiere la canción. Enchanted de Taylor Swift. Cierro los ojos,
respiro hondo y empiezo a cantar cuando me lo indica la pantalla que
está disimulada a mis pies. Siento como mi voz suena un poco oxidada
pero conforme va avanzando la canción mi voz se amolda al tono. A
mitad me atrevo a mirar al chico rubio y está observando muy atento,
con una sonrisa pintando su rostro. A partir de ese momento no aparto
mi vista de él. En el solo de guitarra, aprovecho para decirle sin
voz un 'Gracias' y su sonrisa se hace más grande. Ya no me acordaba
de lo que era cantar, me siento renovada y feliz. Cuando termino de
cantar la gente aplaude muy sonoramente, lo que me sorprende porque
no lo han hecho con tanta efusividad con los demás artistas.
-Gracias.
- Dejo la guitarra donde me la he encontrado y bajo del escenario
para encontrarme con Peeta que me abraza muy fuerte.
-Los
has hecho genial. - Me murmura en el oído.
-Muchas
gracias por hacerme subir ahí arriba. Ha sido estupendo. - Me separa
de él para mirarme a la cara y me da un dulce beso en la frente.
Después
de estar un rato más escuchando a los demás artistas decidimos que
es hora de irnos.
-¿Te
llevo a casa o prefieres hacer algo más? - Todavía es relativamente
temprano y no me importaría trasnochar un poco para estar más
tiempo con él. -
-¿Tienes
algo pensado? -
-La
verdad es que si, es una sorpresa. Quería darte las gracias por
dedicarme esa canción. Pero debes cerrar los ojos y prometerme que
no los vas a abrir.
-Te
lo prometo. - Y los cierro.
-No
te duermas – dice en una carcajada.
Nos
lleva un poco menos de tiempo que la ida al restaurante.
-No
los abras, espera un segundo. - Escucho como cierra la puerta al
salir, tengo que hacer acopio de todas mis fuerzas para no abrir los
ojos. La curiosidad de me está matando. Abre la puerta de mi lado y
me coge las manos para ayudarme a salir. Cuando estoy fuera me pasa
un brazo por la cintura y con la otra mano coge la mía, guiándome.
-¿Donde
me has traído? ¿Eres un psicópata o algo así? - El se ríe.
-Confía
en mi.
-Lo
hago. - Me suelta un segundo y después me vuelve a coger.
-Cuidado
con el escalón. - Hago malabarismos para no caerme con estos tacones
y a ciegas. Ya que no puedo ver decido usar mis otros sentidos. Me
centro en lo que huelo y la verdad es que solo huele como Peeta. Me
centro en lo que escucho, pero solamente nuestras pisadas son
audibles.
-Vale,
abre los ojos. - Los abro y me sorprende lo que me encuentro allí.
Un
gran y majestuoso piano de cola se encuentra delante de mi.
Brillante, parece nuevo. Me separo de Peeta para acercarme a él y
rozar con mis dedos la lisa superficie de este. Nunca he tocado
ninguno de estos. Los he visto en las tiendas de música que
frecuento pero nunca he tenido el placer de tocar uno. Me encantaría.
-¿Te
gusta? - Dice detrás de mi.
-Oh
Dios mio Peeta. ¿Estás de broma? Es precioso, me encanta. -
-Puedes
tocarlo si quieres. - Me susurra muy de cerca.
-¿De
verdad? - Noto como mi cara tiene una expresión ilusionada.
-De
verdad. -
Me
acerco temerosa, abro la tapa y veo las teclas blancas y negras que
me llaman. Toco notas al azar para acostumbrarme a la dureza y al
tamaño, el mio es mucho mas pequeño. Toco una composición mía, no
se si volveré a tener una ocasión como esta para hacerlo. Me
encanta como suena, es fabuloso. Cuando termino una ancha sonrisa se
extiende por mi cara. Me levanto y me lanzo al cuello de Peeta que me
corresponde al abrazo. Apretándome fuerte.
-Eres
increíble – Me dice.
-¿La
increíble soy yo? - lo miro a la cara que asiente con la cabeza. -
No lo creo.
-Bueno,
también eres hermosa. - Mi sonrisa no podría ser más grande. - Es
un cumulo de cosas las que te hacen así. - Silencio. - Vamos se hace
tarde, te llevo a casa.
-Vale.
- Salimos de ese cuarto para encontrarme con el salón de Peeta,
solamente he estado aquí una vez pero lo reconozco. - ¿Estamos en
tu casa? -
-Si.
-¿De
quien es el piano? No sabia que tenias uno.
-Era
de mi madre. - oh – También le encantaba tocar el piano. Sabía
que te gustaría. - Me dice mientras subimos al coche.
-Muchas
gracias por enseñármelo. Se que tiene que ser algo muy personal. -
Él se encoge de hombros.
-Me
ha parecido una buena forma de agradecerte todo lo que has hecho por
mi. Me alegra que te haya gustado.
El
camino de vuelta lo hacemos totalmente en silencio, me siento
tranquila y bien y esto se incrementa mientras miro como la ciudad
pasa por la cristalera del coche. No me doy cuenta de que ya hemos
llegado hasta que dejo de escuchar el motor del coche. Mi cabeza
reproduce las palabras que he escuchado hace unas horas. 'Pero a
la vuelta lo más seguro es que trate de besarte.' Y
me envaro. Peeta abre mi puerta y me da la mano.
-Me
lo he pasado muy bien. - Le digo antes de abrir la puerta de mi casa.
-Yo
también. Muchas gracias por todo otra vez. - Me acaricia la mejilla
y cierro los ojos disfrutando de la sensación que su mano produce.
-Gracias
a ti. - Acerca mi cara a la suya y deposita un beso en mi mejilla.
Pensaba que estaría nerviosa pero estoy deseosa de que me bese.
Ahora estamos unidos por nuestras frentes y por su mano en mi
mejilla. Me muero de ganas de acortar la distancias pero estoy
paralizada.
-Kat...
- Susurra -
-¿Mmm?
- Suelta un suspiro.
-Me
muero de ganas de besarte. - Ahora mis ojos se juntan con los suyos,
noto que mi corazón no podría ir más rápido y se que me voy a
arrepentir de esto, demasiado tarde para echarme atrás. Peeta me
gusta, muchísimo. Y nos voy a hacer daño a los dos, pero esas
palabras me empujan a juntar sus labios con los míos para fundirnos
en un tierno beso. Una mano va a parar a mi cintura y la otra a mi
cara mientras que las mías descansan en sus hombros. El beso es
corto, más de lo que me gustaría. Se sentía tan bien que no
querría separarme nunca de él. Abrimos los ojos y veo como en su
cara asoma una sonrisa y yo lo imito. Sin darme cuenta Peeta vuelve a
besarme pero esta vez con más avidez que antes, sin vergüenzas y
sin torpezas. Bebo de sus labios como si no hubiera bebido por días
y me doy cuenta de que estaba realmente sedienta, sedienta de él.
Sus labios se vuelven impacientes y lame mi labio inferior pidiendo
permiso para encontrarse con mi lengua y ella le da la bienvenida
gustosa. Nos separamos por falta de aire, pero no mucho solo lo
necesario para respirar. Tiene las mejillas encendidas y los labios
rojos del beso, debo de estar igual que él.
-No
te imaginas lo que deseaba esto. - Dice bajito, sin abrir los ojos.
Le quito unos mechones de pelo rebeldes de la frente. Ahora si que
los abre y le sonrío muy abiertamente.
-Debería
entrar ya... - Cuando digo eso me abraza mas fuerte lo que hace que
me ría.
-¿Por
qué te ríes? No quiero irme. - Le doy un corto beso.
-Mañana
nos vemos ¿Vale? -
-Vale...
- Vuelve a besarme, de verdad que podría estar así toda la noche. -
Buenas noches preciosa.
-Buenas
noches Peeta. - Y con esto se separa de mi para irse en su coche.
Abro la puerta de mi casa y no me doy cuenta de lo que hay dentro.
Hasta que saltan todas del sofá dejando las palomitas en la mesa
para acribillarme a preguntas.
-¿Qué
tal? ¿Qué habéis hecho? - Dice Annie
-¿Por
qué llegas tan tarde? - Le sigue Rue.
-Tranquilas
no la agobiéis, ven Kat. - Me dice mi hermana empujándome al sofá.
Les paso ha contar la noche y de vez en cuando sueltan algún 'Aww.'
Lo que me extraña es que Glimmer no ha dicho ni una palabra,
solamente me observa.
-¿Te
ha besado? - Pregunta Rue. Yo solo asiento con la cabeza.
-Bien,
bien. Cada vez estamos más cerca. - Y ese comentario me cae como un
cubo de agua fría. No me acordaba de porque había quedado con él
esta noche. ¿Qué voy a hacer ahora?
-Kat,
solo tengo una pregunta para ti – Es la primera vez que Glimmer me
habla desde que he entrado por la puerta.
-¿Te
gusta Peeta? Se sincera. -Joder. Mierda, mierda, mierda.
Quiero oir su contestacion!! espero el siguiente Tania :)) Besos :3
ResponderEliminarñañañaa todo se verá jijii
EliminarDios, Dios, Dios!!!!! Me has dejado flipando. En serio, ahora la que va a necesitar el cubo para las babas voy a ser yo xD
ResponderEliminarUn besazo^^
jajajajaja lo compartimos?
EliminarBesooos :3
Oki^^ xD
EliminarBuaaaaaaaaaaaa *-* Es perfecto! *-* Peeta es taan cuqui!! Aish, me he emocionado un poquitín :$ jajajaa me encanta, Tania! *-* Sigue prontito plis!! Un besito :D
ResponderEliminarAish me alegro de que te haya gustado el momento beso ^^
EliminarBesiiiis
Me encanta, me encanta, me encanta !!!!! no puedo parar de leer y no puedo esperar a ver su contestacion (espero q sea un si jejejeje) me encanta como escribes me tienes super enganchada XD
ResponderEliminarGracias Sofia!!! me alegro que te guste!!
EliminarLo adoro! Como puedes ser tan buena???
ResponderEliminarNo creo que sea tan buena la verdad, antes de esto ni siquiera se me habia pasado por la cabeza escribir. Ahora lo que puedo hacer es mejorar!
EliminarIncreible! Es un capitulo precioso! No puedo esperar para el siguiente, es increible! Pobre Katniss en vaya lio se ha metido!
ResponderEliminarLa cabeza de Katniss tiene que ser ahora un caos. No me gustaría estar en su pellejo (salvo en ciertos momentos con Peeta xDD)
EliminarME ENCANTA! con cada capitulo te superas ^^ que cuquis por dios espero el siguiente mañana :D muchos besos
ResponderEliminarMuchas gracias Lola!! Son super monooos *-*
EliminarBesinees :)
Espectacular! Como consigues dejarme siempre con la intriga! Me encanta! Bueno, espero el siguiente :33
ResponderEliminarEste es mi comentario, que mi madre se ha dejado su cuenta abierta -.-
EliminarYee ML, en poco se te irá la intriga muajajaja
EliminarOh mi Dios *-* me has dejado viendo estrellas, Taniaaaa!!
ResponderEliminarMe encanta, lo amo, está genialmente increíble y me has dejado con una SUPER intriga :D
Como me alegro de que te guste!!! estaba sufriendo por si no cubria las expectativas T.T
Eliminarque bonito!!!!!! y peeta,,, que no le valla a romper el corazon al chaval, ains que lindo los dos,espero el proximo cap pronto, me encanta!!!! besos
ResponderEliminarAhh Graciaaas! aunque... presiento que no va a haber mucha calma en los siguientes capituloss
EliminarNecesito el siguiente :)
ResponderEliminardios! no quiero que Peeta se entere sufrira :(
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