Querida venganza

Katniss Everdeen es una chica aplicada a sus estudios y nada llamativa para el genero masculino, pero ocurrirá algo que hará que cambie por completo para realizar una venganza. Deberá enamorar a Peeta Mellark, el capitán del equipo de football de su instituto ¿Podrá Katniss centrarse en su objetivo sin sucumbir a los encantos del chico?

martes, 2 de octubre de 2012

Capítulo 22: Nuevo regalo de cumpleaños.

Hola nenaas. Aquí el capi 22 ^^ Creo que me vais a matar cuando lo leais, pero espero que os guste beibaaas. Muchas gracias a todas por felicitarme en el día de mi cumple, me hizo muchiiiiiiiisima ilusión ajaja. . Os amo a todaas. Por cierto, aquí una cancion que me encaaaanta.

 
  DISFRUTAAAR

 
CAPITULO 22: NUEVO REGALO DE CUMPLEAÑOS.

Sigo en shock. Incapaz de mover un musculo de mi cuerpo para corresponder al abrazo que Annie me da, totalmente desconsolada.

-¿Estás segura? - Se separa de mi con ojos llorosos.
-Todavía no me he hecho ninguna prueba, pero ya se ha acabado mi semana de descanso con las anticonceptivas y no me ha bajado la regla. Además estuve enferma y tomé antibióticos... - Esconde la cara entre sus manos. Para volver a llorar.
-Tienes que hacértela cariño, y contárselo a Finnick. -
-He buscado una farmacia por todo el maldito pueblo y no hay ninguna. La más cercana está en el pueblo de al lado y no tenemos como ir. Tengo que esperarme a volver a California para poder saberlo. Se lo contaré a Finnick cuando lo sepa seguro, ahora no quiero preocuparle.
-¿Seguro? Él no te va a dejar sola, puede ayudarte a sobrellevar la espera.
-Segura. Todavía tengo la esperanza de que me baje en los días que quedan, no voy a seguir tomando las pastillas. Por si acaso. - Se limpia la humedad con el dorso de la mano. - No se lo cuentes a nadie por favor.
-No lo haré.
-A Peeta tampoco.
-Tampoco, le diré que se te ha roto una uña y por eso estabas histérica. - Sonríe.
-Dios Katniss tengo tanto miedo. ¿Me acompañaras? -
-Claro que si. Estaré para lo que haga falta. - Me abraza muy fuerte.
-Muchas gracias Kat. No se que haría sin una amiga como tú, no quería contárselo a nadie para que no se preocupara. Pero no podía más, tenía que que hacerlo. - Le consuelo durante el momento que seguimos a solas. Disculpándola, de hecho prefiero que me lo haya contado, así no está sola durante los días que quedan para volver.

Los días pasan. En los momentos que se nos olvida el tema, Ann y yo nos comportamos normalmente y el tiempo nos pasa volando. Hay otros momentos en los que la presión no puede más con ella y sale de la habitación en la que estamos excusándose para ir al baño. Dudo que sea para otra cosa que no sea llorar. Me extraña que nadie se haya dado cuenta de que le pasa algo raro a Annie. Es una persona muy activa y alegre, por lo que su actitud pasiva y pensativa desencaja por completo con su carácter. El día de volver llega rápidamente y la amiga roja no ha llegado todavía, haciendo que se ponga cada vez más nerviosa y a la vez poniéndome yo también en un punto que roza la histeria.
Después de comer, y de haber vaciado las maletas, Ann se pasa por mi casa para ir a la farmacia.
Estamos esperando nuestro turno, cuando me susurra en el oído.

-Kat, me da vergüenza pedirlo.
-Y que quieres ¿Que se lo escribamos en una nota y nos lo mande por mensajero? -
-También podrías pedirlo por mi. - Su cara de corderito degollado entra en acción.
-Ni lo sueñes.
-¿Puedo ayudarlas en algo? - Miro a Annie que sigue con su plan de endosarme a mi el muerto. Ruedo los ojos, rendida.
-¿Podría darnos una prueba de embarazo por favor? - La mujer me dirige una mirada inquisitiva, de arriba a abajo. Se mete dentro del almacén en busca de lo que he pedido.
-¿Has visto como te ha mirado? - Me dice mi amiga a mi espalda.
-Si, esa mirada deberías de habértela llevado tú, no yo.
-Eres la mejor. - En ese momento vuelve con dos cajas diferentes.
-¿Cual de los dos prefiere?
-¿Que diferencia hay?
-Este es el típico con dos rayitas para positivo y una para negativo. Este otro te dice en el caso de dar positivo de cuantas semanas estás, aproximadamente.
-Me llevo los dos.
-Bien.
Una vez fuera.
-¿Para que quiero los dos?
-Para contrastar las dos pruebas. No son cien por ciento fiables.
-¿Podemos ir a tu casa? Es que en la mía están mis padres.

Estoy fuera del baño, sentada en mi cama esperando a que mi amiga salga con las pruebas cuando escucho mi politono.

-¿Diga?
-Soy Peeta ¿No has visto el identificador? - Estoy tan nerviosa que no me he parado ni en mirarlo.
-No, es que estoy un poco distraída
-Bueno, no quiero molestar. Solo quería saber si esta noche te gustaría venir a cenar a mi casa.
-Claro ¿Llevo algo?
-No hace falta. Mi padre cocina.
-¿Va a estar tu padre?
-Em, si ¿Es un inconveniente?
-No, no... Es solo que me da un poco de corte.
-Ya le conoces, no va a hacer nada para que estés incomoda.
-¡¡KATNISS!! NO ME SALE EL PIPI. - Grita Annie desde el baño.
-¿Esa es Annie?-
-Si, estamos viendo mi armario y esas cosas. Ya la conoces. Te cuelgo, nos vemos esta noche. - Mis palabras salen atropelladas. No le doy tiempo de responderme, le cuelgo y me meto en el baño con mi amiga.

Está sentada en la taza con los dos palitos en la mano. Esta visión es cómica, intento no reírme por la seriedad del asunto.

-¿Que sugieres? - Pregunta. Se nota que está haciendo fuerza para conseguirlo, pero nada.
-¿Tienes ganas? - Asiente. - Vale – Abro el grifo y la miro interrogante. Unos segundos después me niega con la cabeza. Lleno un vaso de agua y meto sus dedos dentro. De nuevo espero unos segundos...
-¡VALE, VALE! Vete, corre. -

Salgo corriendo del baño y me vuelvo a sentar para leer las instrucciones de los dos prospectos. En los dos hay que esperar cinco minutos, creo que van a ser los más largos de mi vida. Se ve que cuando te quedas embarazada el cuerpo femenino segrega una hormona que se evidencia en la orina. Hay que ver lo que maquina el cuerpo humano. La puerta se abre mostrándome a mi amiga con los dos artilugios, uno encima del otro. Ahora solo queda esperar. Me los da a mi para sostenerlos, mientras ella se columpia de un lado a otro, incansable.

-Sigo pensando que es Finnick quien debería estar aquí. Mira como estás.
-No me jodas Katniss. Es demasiado tarde para llamarlo. 'Oye Finn, ven a casa de Katniss un momento. Es que me estoy haciendo una prueba de embarazo y me vendría bien que estuvieras conmigo' ¡Demasiado tarde! - Un poco más y se me lanza al cuello... Me callo, esperando a que el temporizador suene indicando que el tiempo ha pasado. Cuando suena ella se sienta mi lado y miramos a la vez.
-No puede ser. - Susurro.
-¿Pero que mierda es esto? - Me arrebata los cachivaches para agitarlos y fijarse mejor en las pantallas. Uno de ellos es positivo y el otro negativo. - Katniss ¿Que hago?
-Pues tendrás que ir al medico. Y ahora si que tienes que contárselo a Finnick, no estoy dispuesta a seguir haciendo de padre.
Alguien abre la puerta de la habitación y escondemos los predictor todo lo rápido que podemos. El que tengo yo lo dejo debajo de la almohada y no se que hace ella con el suyo.
-¿Qué hacéis? -
-Prim ¿No te han dicho que llames antes de entrar? - Dice Annie levantándose y alisándose las arrugas imaginarias de su ajustado jersey.
-Eh, tranquilidad. Pensaba que Katniss estaba sola.
-Pues lo va a estar, yo me voy ya.
-Hazlo. - No hacen falta más palabras para que sepa de lo que le estoy hablando. Asiente sin hablar, marchándose. Me tiro a la cama, rascándome los ojos. No se si es porque esta situación me supera, pero estoy más cansada de lo normal.
-¿Te pasa algo? - Prim se acuesta a mi lado. Me tenso, rezando por que no meta la mano bajo la almohada
-Que va pato, es que estoy cansada. Será del largo viaje en avión, eso es todo. Mejor duermo un poco ¿Vale? - Se despide con un beso en la mejilla y me deja sola en mi habitación.

Que días más raros estoy teniendo últimamente. Cierro los ojos lentamente, sintiéndome de pronto como si llevara varios días sin pegar ojo. Antes de darme tiempo de pensar en nada me quedo dormida.
Me despierto descansada, este sueño me ha venido muy bien. Pero no me he despertado por mi cuenta. Una cálida mano sostiene la mía. Abro los ojos para encontrarme con la tierna sonrisa de Peeta. Está hincado en el suelo por sus dos rodillas.

-¿Es muy tarde? - Bostezo.
-Para nada, aunque llevo un rato velando tus sueños. Todavía te da tiempo de ducharte para ir a cenar con tu suegro.

Me da un escalofrío, dormir de esta mala manera me ha destemplado, aunque él lo interpreta como una reacción a la mención de la cena.
-¿Sabes que hablas en sueños? No me había dado cuenta hasta ahora. Supongo que siempre te despertabas antes que yo.
Oh Dios mio, claro que se que hablo en sueños. Las burlas de Prim sobre este hecho todavía me avergonzaban, pero que también lo supiera él me pone nerviosa. No controlo lo que digo en sueños y a saber lo que ha podido soltar esta linda boquita.
-Si lo se. ¿He dicho algo mientras estabas aquí? - Una hermosa y sincera sonrisa marca su rostro.
-Puede ser.
-¿No me lo vas a decir verdad? - Me mira divertido y niega. No, claro que no me lo vas a decir. No se porque me lo imaginaba – ¿Ha sido algo vergonzoso?
-Me ha encantado y no ha sido nada vergonzoso, tranquila.

Me levanto de la cama y antes de sentarse en el borde de la cama me da un cachete en el culo, haciéndome dar un brinco.

-Eres taaan primitivo... - Digo mientras escojo una ropa sencilla pero formal. Que conjunto de ropa interior me pongo...
-Me gusta toquetear a mi novia. Que yo sepa eso no es todavía un delito. - Oh con que si eh... Cojo el conjunto más transparente que encuentro y lo elevo sobre mi cabeza haciendo como que quiero verlo con más detenimiento. A mis espaldas escucho un siseo masculino, perfecto.
-No me hagas esto mujer. - Me dirijo al baño.
-¿El que amor? - Pregunto inocente.
-Nada. Duchate de una vez. -

Se tira de espaldas en la cama y satisfecha me tomo una ducha caliente. Los músculos agarrotados por la postura en la que estaba costada se relajan y disfruto de este momento para mi. La mejor semana de mi vida había pasado demasiado rápido, como un flash. Las mejores pasan volando, tan volando que antes de que me quiera dar cuenta llegará el momento que tenga que empezar a mirar el tema de las universidades. Tengo que hablar con mis padres.

Peeta's POV

Voy camino a casa de Kat. No me aguantaba las ganas de verla, llevo un rato aburrido en mi casa y la echo de menos. Esta semana nos ha sentado muy bien a todos, pero sobretodo a nosotros dos. Nos hemos pasado cada día conociéndonos de una forma que no lo habíamos hecho antes y creo que, aunque me parezca casi imposible, la quiero más que antes. Sumergido en mis pensamientos no me doy cuenta de que ya he llegado. Me abre Prim.
-Que pesados... Está arriba, durmiendo. -
-Recibido. -
Le alboroto el pelo, se que no le gusta. Por eso lo hago. Mientras subo las escaleras escucho una retaila de improperios pero no me paro para responderle. Entro y su olor me golpea, tiene un olor natural a fresas. Cosa que me fascina. Me quedo un rato velando sus sueños. Una sonrisa casi imperceptible asoma por las comisuras de sus labios. Duerme tranquila y plácidamente, mientras la observo. Se remueve entre el sueño y la consciencia. Murmura cosas sin sentido, yo no puedo hacer otra cosa que reírme. Nunca la había escuchado hablar en sueños, bueno... si a eso se le puede llamar hablar, diría que está balbuceando.

-Peeta... - Oh, eso si que lo he escuchado. Ha sonado como un suspiro, pero esa sonrisa de antes no se ha ido todavía. - Te quiero, Peeta. - Alto y claro, si no fuera porque tiene los ojos cerrados y su respiración sigue siendo igual de acompasada que antes diría que está despierta. Está soñando conmigo. Me siento como un estúpido, pero ya me ha alegrado lo que queda de día.

Cinco minutos después se despierta. Está preocupada por si es demasiado tarde para la cena. Le comento que la he escuchado hablar en sueños, pero no pienso contarle lo que he escuchado. Eso me lo quedo solamente para mi.

Me tiro a la cama para esperar mientras se arregla para la noche, apoyo la cara en la mullida almohada. Huele a ella, al igual que el cuarto en si, pero aquí está concentrado. Eso juntado con que me ha enseñado una ropa interior transparente, cosa que ha hecho aposta, hace que mis pensamientos vuelen a ella en la ducha y... Puff
Paso las manos por detrás de mi cabeza, me molesta algo rígido que está justo en mi cabeza. Quito la almohada y me petrifico. Está boca abajo, pero joder, lo conozco. Se lo que es. Glimmer y yo hemos tenido algún que otro susto y se sus formas, colores y las instrucciones de cada uno de ellos. Mierda, mierda... pero no era posible, me dijo que tomaba anticonceptivos... ¿Me ha mentido?
Joder, Mellark no seas estúpido y dale la vuelta, no te comas la cabeza antes de tiempo. Estoy temblando, pero consigo darle la vuelta. Oh mi... COÑO, coño, coño, mierda... Positivo, es positivo. Katniss está embarazada. Esta información me cae como un balde de agua. De pronto las paredes de la habitación se quieren caer sobre mi, la ropa me sobra, lo cual no puedo decir lo mismo del aire. Tengo que salir, que me de el aire, pensar. Después volveré a para hablar con Katniss sobre esto. Camino como un zombi por la parte trasera de la casa, con el predictor en la mano y las dos rayas rosas adornando su parte central. Un bebé, un hijo. Joder, somos muy jóvenes para esto, todavía teníamos que ir a la universidad, trabajar, viajar. Lo que viene siendo hacer una vida, un niño a estas edades hace que esta de un giro de trecientos sesenta grados. Lo que tenía completamente claro es que no la iba a dejar sola en esto, íbamos a ser padres. Cada vez que lo pensaba sonaba raro. Pues claro que suena raro ¿Quien espera embarazarse con 18 años? No sería ni la primera ni la ultima vez que pasara en este mundo. Siempre pensando 'Esto nunca me iba a pasar a mi' Póntelo, pónselo... Pero si, así es. Voy a ser papá. Lo peor de todo es que ha tenido que pasar por esto sola, me hubiera gustado apoyarla, estar ahí en la espera y en la incertidumbre. Para lo que hiciera falta... Sigo deambulando de un lado para otro cuando escucho unas pisadas caminar hacia mi.

Katniss's POV

Salgo del baño casi lista, me voy secando el pelo con la toalla. Voy silbando alegre y contenta. Me doy cuenta de que la habitación está vacía un rato después, aún así busco mis botas debajo de la cama. Ahí están. Me incorporo de nuevo, pero a mitad de camino no me caigo de culo de milagro. La sorpresa de encontrarme con la almohada movida y sin el predictor escondido hace que pierda el equilibrio. Mi mente tarda menos de un latido de corazón en entender que es lo que está pasando. Peeta lo ha encontrado y ha salido corriendo. No sabía cual de los dos había escondido yo y cual Annie pero por la reacción que ha tenido mi novio, huyendo, intuyo que ha encontrado el positivo. Tonta yo por no esconderlo mejor cuando he tenido ocasión, pero me he distraído y lo he olvidado ¿Que estará pensando el pobre? Debe de estar acojonado, eso seguro ¿Por qué ha huido de esa manera? Quiero pensar que era porque está asustado.
Dejo de cavilar y lo que estaba haciendo, lo cual ya se me ha olvidado que era. En la planta baja no está, pero tampoco se ha ido, el coche sigue bien aparcado en la entrada. ¿Donde te has metido Mellark? Lo único que me queda donde mirar es la cocina, pero tampoco. Me apoyo en la encimera con el rostro entre las manos, tengo que explicarle que no es mio. Que no estoy embarazada, toco madera. Una brisa helada me congela el cuero cabelludo, tengo el pelo mojado y el aire del invierno que entra por la puerta entre abierta de la cocina que da a la parte trasera de la casa me llama la atención. Es posible que haya salido fuera. Así es, de espaldas a mi, con la cabeza gacha y con los pies clavados en el suelo.

-¿Por qué no me lo habías dicho antes? - Se da la vuelta y lo veo con el artilugio blanco en sus manos.
-Peeta, puedo explicártelo.
-No, Katniss – Se acerca a mi sin apartar la vista del aparato. - Yo voy a estar contigo, siempre. Y voy a formar parte de esto. - Voy a replicar pero pone su dedo indice en mis labios. Me conmueve que si nos pasara a nosotros el iba a estar conmigo, pero no tiene porque seguir pensando que íbamos a ser padres. No quiero reírme en su cara, pero me lo está poniendo difícil. - Amor, no te digo que no seamos muy jóvenes para esto. Algún día me gustaría tener hijitos, si es contigo mejor. Porque te amo más que a nada - Bueno vamos a ver a donde lleva esto, por el momento me está gustando. - Si las cosas se han adelantado, pues apechugaremos con lo que nos toca. Pero el bebé va a ser muy querido. Te lo prometo. - Juro que si de verdad hubiera estado embarazada es posible que, emocionada, me hubiera echado a sus brazos a llorar. Lo que dice es precioso, pero es que el saber que no lo estoy hace que todo esto en mi cabeza sea algo bastante gracioso. - ¿No dices nada? - Se le ve preocupado y nervioso. Pone una mano en mi vientre, tratando de tocar un embrión imaginario, es el gesto más tierno que haya visto jamás.
-Cariño, tengo que decirte algo. - Cojo la mano que descansaba sobre mi. Me mira más que preocupado.
-No me asustes. -
-Amor, no estoy embarazada. - Su cara de confusión me mata. -
-No me mientas Kat, las dos rayas son claras. Estás embarazada. - Me pone el palo en la cara, lo aparto de un manotazo. Ahí está el pis de mi amiga.
-Quítame eso de la cara Mellark. No es mío el predictor. - Como si quemara, lo suelta con cara de asco y limpia cualquier rastro de pipí de sus manos en la camiseta. -
-No es tuyo... - Asiento – ¿Y de quien es? - Me quedo callada y miro al suelo. No puedo decirle de quien es... se lo prometí. Mi silencio parece que es como si hiciera que una bombilla se hubiera encendido en su cabeza y pone cara de horror. - Es de Prim ¿Cierto? Me lo cargo. Cato se va a cagar.
-Peeta. - Se mete dentro de la casa corriendo. - Peeta escuchame. - Está tratando de abrir la puerta de su coche para marcharse. - ¡PEETA! - Nada que no, este chico es un testarudo... - ¡Es de Annie joder! Es de Annie... - Se da la vuelta perplejo. Ahora si que me escuchas eh...
-Explicate. Pero mejor dentro, tienes el pelo mojado. No quiero que enfermes.
Una vez en el cuarto de nuevo, se lo explico todo. Cuando me lo contó, el porque es posible y lo extraño que es que cada prueba haya salido diferente.
-Durante diez minutos he pensado que iba a ser papá...
-Se te ve decepcionado. -
-Ya... no se... es posible. Muy dentro de mí me hacía ilusión que naciera una criatura parte de nosotros dos.
-Peeta, somos muy jóvenes. Un niño te cambia la vida de normal, imagina para dos adolescentes.
-Ya... ya lo se. Pero piénsalo. Sería bonito.
-Uy si, precioso. También el cambiar pañales, las noches sin dormir, las tetas enormes hasta doler y los pezones sangrantes sería bonito.
-Bueno lo de las tetas enormes no lo veo tan malo. - Creo que mi mirada asesina corta todo el humor que podía salir de su boca. - Yo creo que tener un hijo es más placentero moralmente. Te llena la vida. - Me pone nerviosa hablar de estas cosas. Él tiene un punto de vista y yo el mio. Por supuesto que quiero tener hijos, pero en un futuro muuuy muuuuuy lejano.
-Dejemos el tema por favor. No estoy embarazada, punto.
-Vale... Termina de arreglarte. Llegaremos tarde. - Me acaricia la mejilla muy suavemente y se levanta para ir a la cocina.
Pues nada, subo para secarme el pelo y recogérmelo en un moño despeinado, unos mechones sueltos enmarcan mi cara. Un peinado fácil y rápido. Me pongo un poco de maquillaje y mascara para pestañas, prefiero ir lo más natural que pueda. Me echo un último vistazo al espejo y... perfecta. Me doy cuenta de algo mientras aliso una arruga del jersey ajustado que llevo puesto. ¿En que momento dejé atrás las otras costumbres? Si a eso se le puede llamar costumbres... Simplemente me ponía la ropa que encontraba y salía por la puerta. Ahora es natural que esté media hora delante del espejo para salir. Al principio me asustaba perderme a mi misma, pero me gusta esta Katniss, es nueva, renovada y fresca. Tendré que pedirle a Prim que me acompañe a la parroquia a dejar toda la ropa que un día mi amiga me obligo a guardar en unas cajas. Recuerdo cuando le dije que no le permitía quemar las prendas... una sonrisa estúpida se forma en mi cara, ahora no estaría dispuesta a volver a ser la de antes. No solamente he cambiado mi forma de vestir. Estos meses he madurado como persona, no soy tan ingenua, ni inocente. Me encanta.
Cojo el bolso con mis cosas. En ese momento veo que tengo un mensaje y varias llamadas perdidas, el mensaje es de Annie y las llamadas son de un número que no tengo guardado.

'Se lo he contado, todo bien. Está un poco en shock pero creo que sobrevivirá. Ya he pedido cita para ir mañana al médico. Después de Finnick serás la primera en saber los resultados cariño. Gracias por todo'

Sonrío, tratando de ser comprensiva. Esas pruebas tardan un poco al no ser de urgencia, por lo que en un par de días sabremos si seremos 'tíos' o no. Le cuento las nuevas a Peeta, y partimos a su casa. Estoy un poco nerviosa, es la primera vez que ceno con su padre en plan familia. ¿Cómo será en un ambiente más íntimo?

-Si no paras te vas a quedar sin jersey. Estoy a favor de eso, pero primero prefiero cenar. -
-¿Qué dices? -
-Pues que si sigues tirando de los hilos te lo vas a deshacer. - Miro al bajo de la camiseta. Es cierto, ahora mismo tengo uno bastante largo en mi mano, pero unos cuantos se esparcen por los vaqueros. Suelto el que tenía en la mano. - ¿Qué te pasa?
-Nada.
-No es nada. Se como te comportas cuando estás nerviosa. - Aparta la mirada de la carretera para mirarme a mi. -
-Bueno, pues aparte de que estos últimos días he estado en una tensión constante... Estoy un poco asustada. - Coge mi mano para darle un suave apretón.
-No te preocupes, ya verás como Annie sabrá sobrellevar lo que sea. Además no va a estar sola en esto. Si sus padres no...
-No es por lo de Annie por lo que estoy asustada. ¿Y si no le gusto a tu padre? - Me mira confundido antes de soltar una pequeña carcajada.
-Mi niña tonta. Ya le gustas ¿Quieres saber lo que me dijo antes de irnos a Alaska? - Asiento, temerosa. - Me dijo, palabras textuales: 'No se que te habrá hecho esa chica, pero recuerdame que tengo que agradecérselo'
-¿Enserio? ¿A que se refiere con lo que te he hecho? - simplemente se encoge de hombros mientras pone el freno de mano. Da la vuelta al coche para abrir mi puerta y ayudarme a bajar.
-No te preocupes, se igual de encantadora que siempre. No te preocupes por nada.
-De acuerdo. -
Abre la puerta para encontrarme con un salón iluminado que conozco bien. La mesa está puesta a la perfección cuidando todos los detalles. Peeta me quita el abrigo y me arrebata el bolso para guardarlo todo en un armario, para eso me deja sola. Estoy de pie, sola y nerviosa, lo que hace que me pasee por todo el salón. Me acerco a la estantería para ver las fotos familiares. Tantas veces que he estado aquí y no me había fijado nunca. Está repleta de retratos, en la única que me fijo es en la que parece presidir sobre las demás. Deduzco que el niño rubio que está sobre los brazos de su madre es Peeta. La abraza por el cuello y sus mejillas se juntan. Reconozco a Nathan, los abraza por detrás y todos están sonriendo de oreja a oreja. Se nota que eran una familia feliz.
-Buenas noches Katniss. - Me giro sobre mi misma en el acto.
-Buenas noches señor. -
-Oh, por favor, como te dije en la fiesta no me llames señor. Me hace sentir como un abuelo.
-Perdón lo olvidé. - Una sonrisa amable se dibuja en el rostro del hombre. Se acerca a mi y mira la foto que estaba viendo.
-Era un niño muy inquieto e independiente ¿Sabes? - Se nota la nostalgia en sus palabras. Coge el marco de fotos para verlo más de cerca. - Cuando estaba aprendiendo a andar no dejaba que lo sujetáramos por si se caía. Ha llegado a hacerse varios chichones muy grandes en la frente.
-Creo que sigue igual de testarudo. - Se ríe por mi comentario y yo le sigo.
-Si, creo que si. - Deja de nuevo el marco en su sitio.
-¿Estáis conspirando contra mi? - Peeta se acerca para pasarme un brazo por la cintura.
-Tu padre me contaba anécdotas de cuando eras pequeño.
-Pronto empezamos... -

La cena, la cual debo decir que está deliciosa, transcurre tranquila. Nathan es un hombre bastante curioso, claro que me parece normal que un padre indague sobre la persona con la que está su hijo, pero después de las preguntas preestablecidas para conocer a la nuera tales como: ¿A que se dedican tus padres? ¿Tienes hermanos? Etc. Las preguntas van más allá. Lejos de sentirme incomoda, me relaja. Son preguntas fáciles de contestar y las cuales creo que si las respondo no me ponen en un compromiso. Llega un momento de la conversación en la que yo también pregunto y me quedo gratamente sorprendida con lo que descubro. Me fascina la historia de su vida, Peeta me la contó un poco por encima, pero no me imaginaba que una persona pudiera vivir tantas cosas. Su vida había sido como una montaña rusa; aveces se encontraba en lo alto para después, estrepitosamente descender a una velocidad de vértigo. Estaba empezando a admirar a esta persona por las dificultades que ha tenido que afrontar. Un dejo de tristeza y celos se apodera de mi.
Después de contarme un poco como ha ido su vida y un par de reprimendas de mi novio por aburrirme con el tema, lo cual yo desmiento enseguida, entre los dos me cuentan cosas que hacia Peeta de pequeño. Los escucho risueña, los dos son felices contándome y discutiendo sobre los detalles. 'No, estoy seguro de que fue en el parque' 'Pues no te estoy diciendo que fue mientras te recogía de la escuela'. En el fondo de mi ser no puedo evitar sentir unos odiosos celos. Yo nunca he tenido esta clase de familia, y lo envidio. Ha tenido unos padres que han estado con él y que le han apoyado en lo que ha hecho falta. Yo nunca he tenido nada que se le pareciera, mis recuerdos bonitos familiares se acaban a partir de que cumplí los 12 años. Decían que era muy madura para mi edad, y por eso se centraban en su trabajo y nos dejaban a las dos solas, con Prim a mi cargo. Pero esta maravillosa familia no tiene la culpa de que la mía sea un desastre. Estaba tan cómoda hablando y riendo que no me doy cuenta de la hora que es hasta que bostezo de cansancio.

-Se ha hecho un poco tarde. Creo que deberías llevarla ya a casa. - Dice Nathan levantándose del sofá que estaba frente a nosotros.
-Es cierto. Señorita Everdeen, no debería usted de pasar tanto tiempo despierta, le saldrán arrugas antes de tiempo. Iré a por tus cosas. - Peeta me da un beso en la sien para subir como una bala las escaleras, dejándome sola con mi suegro.
-Muchas gracias por la cena. Y por permitirme conocer un poco mejor su familia. - Le tiendo la mano en señal de despedida. Pero la rechaza y me da un cálido abrazo.
-De nada cielo, cuando quieras las puertas de esta casa están abiertas para ti. Además creo que debería darte a ti las gracias. - Se separa de mi cogiéndome por los hombros.
-No entiendo porque. -
-Tú no te habrás dado cuenta, pero mi chico ha vuelto, lo has recuperado. - Lo miro sin comprender. - Sufrió mucho con la muerte de mi esposa... Era un alma en pena Katniss, no comía, y aunque quisiera engañarme, también sabía que no dormía. Después, bueno... aprendió a vivir con su ausencia. Pero estaba vacío, ya no era el mismo chico carismático y sonriente que era. Hasta que entraste en su vida. - Me quedo de piedra. Su confesión me pilla desprevenida y me deja si te descuidas sin respiración. -
-Yo... no se que decir... No tenia ni idea de que Peeta lo hubiera pasado tan mal. -
-Permíteme que te pida un favor... -
-Lo que sea. -
-Mi hijo se ha enamorado. Aunque te cueste creerlo es su primera vez. Si lo vuestro no funcionara lo romperías por la mitad. Solo te pido, como un favor especial, que no permitas que vuelva a pasarle. No quiero volver a perder a mi hijo. - Dice con tono afligido. Sus ojos, que son idénticos a los de Peeta, tienen un deje de preocupación.
-No voy a permitir que eso ocurra. Nunca. - Y así mi promesa queda sellada. Aunque hubiéramos querido seguir hablando era imposible. Mi chico ya trae mis cosas, se ha puesto su abrigo y en su mano cuelgan las llaves del coche de Nathan.
-Descansa Katniss. Espero que vuelvas pronto. -
Me despido de este encantador hombre y el camino a casa transcurre en silencio. Paso bastante rato del viaje mirando a Peeta, está sonriente, contento y me coge de la mano, descansando sobre la palanca de cambios. No sería capaz de ser la causante de que la dicha de este hombre se esfumara. Si estaba en mi mano el hacerle feliz, entonces me iba a emplear a fondo. Sin decirnos nada, simplemente nos mandamos miradas cómplices.
El viaje dura menos de lo que esperaba, esta noche no la pasaremos juntos y después de una semana de haber estado compartiendo el espacio con él se me va a hacer raro no abrazar a nadie antes de dormirme.
Quita la llave del contacto y antes de salir del coche se acerca y me besa.
-Tampoco ha estado tan mal ¿No? - Su mano se mete peligrosamente por debajo de mi jersey, y se pasea juguetona por todo mi vientre.
-Me ha encantado ir a cenar hoy, tu padre es sensacional. - Hago como si no supiera que está haciendo aunque su mano, que ahora está en el borde de mi sujetador, está causando estragos en mi respiración y en mi cuerpo en general
-Te dije que no tenías nada de que preocuparte. - Bajo la cremallera de la cazadora de cuero que lleva y que me está matando. En cambio su mano ahora ha viajado a mi espalda para desabrochar el cierre del sostén. Sus labios besan mis hombros.
-Envidio vuestra relación. -
-¿Por qué? - la cazadora ha pasado a mejor vida y ahora soy yo la que mete la mano entre la prenda y la piel ardiendo. Domestico cada centímetro de piel bajo mi palma.
-Se nota que tratáis de pasar el mayor tiempo posible juntos. Y os compenetráis bastante. Yo nunca he tenido nada de eso. - Su dedo pulgar presiona en ese momento la cima del valle de mis pechos, haciendo que un latigazo de placer se concentre en mi bajo vientre. Un siseo de parte de los dos sale de nuestros labios.
-Me gusta más compenetrarme contigo. - Nada más que decir, su boca ataca la mía sin ninguna contemplación. Estoy demasiado lejos de su cuerpo. Evito el obstáculo del freno de mano y de la palanca y me coloco sobre él. Suavemente pasa su mano por mi nuca, erizándome la piel, y quita las horquillas del pelo, haciendo que este caiga sobre mi espalda. El beso termina cuando los dos necesitamos imperiosamente una buena bocanada de aire. - Creo que deberías entrar. Esto puede considerarse como escándalo público. - Cariñosamente vuelve a abrocharme el sujetador y me da un suave y pequeño beso en los labios. Ya no queda nada de la lujuria del anterior, ahora está impregnado por el amor y la ternura que caracterizan a este magnifico hombre. Vuelvo a mi asiento para ponerme el abrigo, antes de terminar de colocármelo Peeta ya me ha abierto mi puerta y me ayuda a salir. Cogidos de la mano me acompaña a la puerta, como si me fuera a pasar algo. Cuando quedan dos pasos para llegar me fijo en que hay una caja cuadrada y plana con un lazo en la tapa, en el suelo. Junto con el lazo hay una nota. Me agacho para cogerlo y la leo. 'Feliz cumpleaños mi amor'. Por la forma de la caja deduzco que son bombones. Miro a Peeta pensando que son de su parte pero me confunde su respuesta.
-No he sido yo. - Enseguida abro la caja y su contenido hace que se resbale de mis manos para terminar en el suelo, haciendo un sonido viscoso al entrar en contacto con el suelo. Una arcada sube por mi garganta, amenazando con soltar toda la cena en dos segundos. Mágicamente logro contener las nauseas y vuelvo a mirar al suelo. Una masa extraña de gusanos blancos retorciéndose con el chocolate adorna la entrada de mi casa. Peeta me agarra por los hombros y me aleja todo lo que puede de esa nauseabunda escena. Me sienta sobre el capó del coche y escudriña mi rostro, el cual creo que está pálido.
-¿Estás bien? - Creo que logro asentir con la cabeza. No estoy muy segura. Sus brazos me rodean por un momento antes de separarse de mi, dejándome fría y sola. Aunque me haya alejado, todavía puedo oler ese asqueroso olor a podrido. Al rato vuelve a mi lado, no es que lo vea porque mi mirada está clavada en una parte del asfalto. Simplemente su olor embota mis fosas nasales, haciendo que olvide por un momento la tétrica escena. Coge mi cara entre sus manos y me obliga a mirarle directo a los ojos. - ¿Tienes idea de quien ha podido ser? - Niego, creo que no tengo las fuerzas suficientes de decir nada. - Estás temblando cariño. No llores. - Sus dedos esparcen las silenciosas lagrimas que caen por mis mejillas y que no había notado hasta que lo ha mencionado.
-¿Quién podría hacer eso Peeta? - Ahora me aferro a su cazadora para llorar libremente. Estoy asustada, mucho. Esta clase de cosas no son normales.
-No lo se. Pero es alguien que conoces, sabe que ha sido tu cumpleaños. -
-Eso es horrible ¿Cómo alguien que conozco puede hacer algo así? - Se dedica a acariciarme el pelo y a decirme palabras tranquilizadoras para poder entrar a casa y no armar una escena. - Tengo miedo.
-No te preocupes. No te va a pasar nada, nunca dejaría que nada malo te pasara. -

Cuando ya estoy más tranquila, me meto en casa, pero no me quiero separar de él. Me doy cuenta de que nada sigue en el suelo, cuando se ha separado de mi supongo que habrá sido para quitarlo de en medio. Me pongo el pijama y me meto en la cama cubriéndome con las mantas hasta la cabeza, escondiéndome del mundo. Justo cuando más necesito de la calidez de Peeta, tengo que dormir sola en esta cama helada. Me cuesta un mundo quedarme dormida, pero no me doy cuenta de cuando es que esto ocurre.

17 comentarios:

  1. Un capitulo genial Tania *____* quiero el siguiente!!!! o por lo menos un adelanto... xD quiero saber quien es el q le ha enviado eso YA!!!! Escribe rapido por favor:)

    ResponderEliminar
  2. *_____* joder como debe estar annie ahora... jeje me cae bien este Nathan es un tio majete xD joder pos menuo regalo de cumple que la hacen jjeje vaya susto que tiene que dar no?? jaja buenooo que ess genial *-* espero el porximo!! ^^

    ResponderEliminar
  3. .______________________________________________.
    AHHHHHHHHHHHHHHH :o Taniaa, me has dejado sin palabras =|
    Primero lo de Annie, después lo de Peeta & ahora eso de los gusanos :O en serio, ha estado geniaal :B
    Y me has dejado preguntándome de quién podría ser la caja... Brad? Clove? :| en serio, voy a quemarlos vivos ¬¬
    Escribe pronto (:

    PD.: No, no soy una psicópata, solo aparento serlo ^^
    PD2.: Leí el capítulo tres veces (:

    ResponderEliminar
  4. Genial!! Me encanta :) Que ganitaas de leer el siguiente Tania!! Estara annie embarazada? Jajajajaja ^^ Para mi que la del regalo ha sido clove en? xD Jajajajaj Sigue escribiendo amor, lo haces muy bien

    ResponderEliminar
  5. TANIA! Vaya intriga con la que nos has dejado! Me encanta el capitulo, pobre Annie y pobre Finnick! Y por ultimo que es eso de los gusanos!!! Es muy raro, a ver quien a sido, yo piendo lo mismo que Vainilla! que es Clove!

    ResponderEliminar
  6. Está genial Tania!
    Lo de Annie esta genial y algo me decía que tenía que pasar! :D
    Creo que tengo una idea de quien le ha echo ese regalito! Solo digo que si ha sido Clove es para matarla, ¡que deje en paz a Peeta!
    Me encanta Tania! Espero el siguiente!
    Besoss

    ResponderEliminar
  7. Emm... Tania leo tu blog desde hace unas semanas y en un momento de aburriento he descubierto algo que es extraño.
    Se trata de una chica que te comenta, Vainilla. Tiene varios blogs y en uno de ellos tiene escritos TUS 8 primeros capítulos, los ha colgado hoy mismo (2 de Octubre) Bueno, yo no me quiero meter en nada malo pero creo que lo tenías que saber...
    Besos y felicidades por tu historia.
    PD: Te dejo su blog.
    http://haciendomaravillasmaravillosas.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sii! Estoi haciendole publicidad, porque lo que hacee es para que todo el mundo lo conozca.. <3 Besoos!!

      Eliminar
    2. Tania: Si te molesta borro el blog y sin problemas eh? ^^

      Eliminar
    3. hizo una entrada avisando http://haciendomaravillasmaravillosas.blogspot.com.es/2012/10/aviso.html de todas formas eso lo tiene que ver tania

      Eliminar
    4. Si... De todas fotmas lo pongo abajo en cada capitulo, y de verdad que no lo hice intentando copiarla ni nada de eso ^^

      Eliminar
  8. Me ha encantado Tania ! Todo superinteresante ! Lo de Annie que nervios y lo Katniss creo que me imagino quien puede ser. El capitulo perfecto ! GENIAL GENIAL GENIAL ME HA ENCANTADO
    La espera a merecido muchísimo la pena ! :)
    Espero el próximo impaciente

    ResponderEliminar
  9. Oh Peeta es tan dnwofnoasnobsaufbaswid *______________________________* (BABA) Aish, ¿sabes qué? tu blog es mi preferido :$ y tu Peeta motero cañero también :$ XD Bueno, yo ya sé quién es el de los gusanos... ¡Snow! xD jajaja Sigue prontito Tania! Un besote <3

    ResponderEliminar
  10. me muero de amor y de risa con Peeta, perfecto el capitulo, besos con muchas ganas del siguiente, cuando puedas!

    ResponderEliminar
  11. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAG!!
    MI CAPI FAVORTIO:) SIN DUDA

    ResponderEliminar
  12. joder tia me encanta !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! DE VERDAD, ES UN CAPITULO QUE ME HA PARECIDO PERFECT! POR EL BABY DE ANNIE, UUUUUUH QUE MONOS JEJEJE también por lo de la madre de peeta ju que penita! cariño es que me encanta leer este blog :) Es divertido, excitantee... tierno!
    Quiero el siguiente pronto
    PDT: He subido cap :))
    Te quiee :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por cierto, ejem, casi me olvidaba... NO TE VOY A PERDONAR POR HACERME LA FAENA DE NO DECIR QUIEN HA SIDO EL CABRON O CABRONA QUE HA HECHO ESO???? YO SE QUE QUIERES VENGARTE de miiiiiiiiiiiiiiii por mi blog :((

      Eliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Querida venganza, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena